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Territorios Expandidos

“Lo que es - en términos de ser en el espacio y en el tiempo - en un momento dado (como un todo) se encuentra también en cada uno de sus momentos diseminados”

- Michel Onfray en Cosmos

 

A partir de la exploración de geografías distintas, cada uno de los artistas constituye una ficción visual que da sentido a los procesos que exigieron sus creaciones, sobre todo a los ejercicios de observación y a los recorridos (físicos e imaginarios) no lineales que hicieron posible materializar sus ideas. Las obras levantan reverberaciones de paisajes ausentes, lejanos. La presencia de la naturaleza respira en cada una de las formas que constituyen las obras: entre lo derruido y lo perfecto aparece la contradicción - tan humana - con la que habitamos el mundo. Con Territorios expandidos se erige una devoción por espacios o edificaciones que han estado latentes en la memoria de estos tres artistas.

Luis Fernando Ramírez instala una columna modular hecha en cera de abejas que evoca la estructura de una colmena, pero también uno de sus referentes arquitectónicos más revisados: Le Corbusier. Lía García dibuja con el rastro que deja la arcilla en la pared el motivo de las celosías de una casa en Cachipay (Cundinamarca) donde pasó momentos vitales que marcaron su infancia. Alexandra McCormick dispone unos objetos-fragmentos ruinosos que sostienen fotografías de un archivo encontrado en una zona del Norte de Santander donde funcionó uno de los campamentos petroleros más productivos a comienzos del siglo XX, la artista nos sugiere el paisaje desbaratado de una geografía maldita.

En Territorios expandidos la cera de abejas constituye una especie de fuste que se atraviesa en el espacio, a su lado se exhibe la fotografía hecha por Ramírez que registra una de las edificaciones de Le Corbusier reconocida precisamente por emular el pensamiento del arquitecto sobre la colmena como utopia. La impronta de la arcilla nos dibuja la celosía, pero ya no hay celosía: es la acción poética de García que replica un artificio de diseño decorativo y los recuerdos de un tiempo impreciso. McCormick nos enfrenta al estado de unos vestigios amorfos que nos revelan su estado de oxidación, el desvanecimiento de sí mismos y de sus significados. Las obras que consolidan la exposición levantan espacios de

incertidumbre: decididamente los artistas han inventado “otros territorios”.

- Érika Martínez Cuervo

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