top of page

Una Silla que Vuela

RINCÓN se complace en presentar la primera exposición individual del artista mexicano Luis Alfonso Villalobos en Bogotá. La exposición titulada  “Una Silla que vuela” presenta obras recientes de las series Mal de la Musa Paradisiaca, Kanchines y Aves de América.

 

Estas tres series reflejan el interés del artista por diversos temas como son la devastación de los ecosistemas, la extinción de las especies, el consumo de objetos de lujo y la fragilidad y permanencia de la cultura, cuya relación en principio no es evidente - pero que el artista inteligentemente devela en las diversas pinturas y esculturas que se presentan.

 

Aves de América consiste en una serie de pinturas que toma como base la icónica silla Taliesin I- también conocida como la silla origami de Frank Lloyd Wright de 1949 –vista desde diferentes ángulos y perspectivas que hacen alusión al concepto de arquitectura orgánica de Lloyd Wright y sobre la cual se proyectan sombras de diversas aves ya extintas.

El contraste que se produce en las imágenes – la del valor de un objeto inerte valorado con el paso de los años versus las de una especie viva que desapareció por completo y que refleja una situación actual a la que están sujetas muchas otras- nos lleva a cuestionarnos sobre tópicos como la destrucción de las especies, el consumo de objetos de lujo e inevitablemente nos obliga a pensar en qué es lo que como sociedad valoramos y cuáles son las consecuencias que la humanidad ha impuesto en la naturaleza.

 

De igual manera en Mal de la Musa Paradisiaca, el artista nos confronta de nuevo a dos imágenes que salen de la naturaleza como son la planta de vástago o banano , cuyo nombre científico es Musa Paradisiaca – y del diseño , como lo son  elementos  de modelos digitales tridimensionales de proyectos de instalación del artista- relacionados por la noción de ¨Fallo en el sistema”. El primero en la naturaleza donde actualmente los cultivos de banano se ven amenazados por la fusariosis o Mal de Panamá, enfermedad mortal para las plantas causada por el hongo Fusarium que se encuentra en los suelos contaminados y que al entrar por la raíz, destruyen la planta y el segundo, por el efecto que causan los llamados glitch, una alteración en un software, como los virus informáticos donde se genera un mal funcionamiento de los programas, alterando los resultados.

 

Es la intersección de estas dos ideas, las que el artista elabora en las pinturas presentadas, donde las  hojas de plátano se entrelazan con estructuras apenas visibles, en una suerte de espacio vacío que generan según el artista “una analogía sobre las formas de saqueo y explotación de los recursos naturales, la construcción de un aparato a partir de un hábitat hasta agotarlo, aludiendo también a la fragilidad y permanencia de la riqueza cultura, así como a su degradación y desmantelamiento ante fenómenos incontrolables”.

 

La serie Kanchines, compuesta por esculturas formadas a partir de un delicado balance e interacción de billetes con plumas de papagayos – especie amenazada por el trafico ilegal y la destrucción de su hábitat- resume las problemáticas enunciadas por las dos series anteriormente mencionadas e invita a preguntarse de nuevo, ¿qué es lo que valoramos y qué es lo que queremos que permanezca? ¿Son las condiciones actuales de nuestro planeta (cambio climático, especies en vía de extinción, explotación desmedida de los recursos naturales entre otros) las que como sociedad hemos elegido o aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo de lo que parece ser un destino inevitable?.......quizás estas preguntas no pueden resolverse desde el arte, pero este permite un espacio de pensamiento alrededor de lo contemporáneo de nuestra existencia.

bottom of page